Que podemos trabajar con los niños a través de este cuento:
- Amor y respeto por la naturaleza.
- Expresión de diversas emociones y sentimientos.
- Procesos básicos del pensamiento como: reflexión, análisis, imaginación, fantasía entre otros.
- En su trasfondo más sencillo denota que cada uno de los personajes tiene un lugar que ocupar en la vida y un propósito que cumplir.
- Celebra la vida.
- Unión familiar.
- Promueve buenas relaciones familiares.
- Se pueden realizar muchas actividades con los niños ya que es una fuente de diversos aprendizajes.
ANITA Y SUS AMIGOS
Había una vez una niña llamada Anita. Vivía con su mamá y su papá en una casa muy bonita y ordenada. Anita era muy feliz porque tenía amigos con los que podía conversar; parecerá algo extraño, pero Anita podía hablar con los animales?
¡Si,
con los animales!
El día
del cumpleaños de Anita, su mamá le
regaló un lindo par de zapatos y le dijo que irían de paseo al lugar favorito
de la niña: El zoológico.
Cuando llegaron al zoológico, la pequeña Anita contemplaba el
paisaje, los árboles y muy cariñosamente a sus amigos que allí vivían.
Mientras
disfrutaba del paseo caminando por todo el parque, sin querer, pisó con su
zapato nuevo a una hormiguita que llevaba un pedacito de pan en su lomito. Al
ver lo que le había hecho a la hormiguita, se inclinó para ayudarla, pero la diminuta hormiga le dijo muy gruñona:
-
“Si fuera tan grande como el oso goloso nadie podría pisarme” – Anita le
contesto:
-
“No quieras ser como el oso goloso porque al oso goloso, todos los niños le
tienen miedo”.
- “Tienes razón” – reflexionó la diminuta hormiga; y tomando su pedacito de pan continuo su camino a la cueva donde almacenaba su comida.
Anita había pasado un maravilloso día.
Cuando
casi finalizaba el paseo, Anita vio que unos niños lanzaban piedras a los monitos
de la laguna. Corriendo, llegó a donde
estaban los monitos, pero los niños se fueron presurosos porque Anita se enojó
mucho.
Los
monitos dieron las gracias a la niña por salvarlos de las piedras y le dijeron:
-
“¡Ojala fuéramos como las palomas que pueden volar a donde quieran y las
piedras no las alcanzan!”
-
“Si no fueran monitos, ¿Quién nos haría reír
con sus gracias y sus brincos? Faltaría la alegría en este bello parque” fue la respuesta de Anita.
-
“Es verdad” – Dijeron los monitos. Y después de mucho jugar, se despidieron de
la niña, brincando sobre los árboles y cuerdas haciendo reír a los que por allí
pasaban.
Cuando
terminó el paseo, la amable niña volvió a su casa, donde hicieron un festejo
por su cumpleaños con un pastel y lindos regalos.