¿Qué oportunidades de aprendizaje contiene este cuento infantil?

De paseo por el campo es un cuento corto cargado de frescura, alegría, compañerismo, amistad, solidaridad, amor y respeto por la naturaleza; usando la imaginación y la creatividad da lugar a: la disminución del estrés infantil, motivación al arte, a demás de permitir desarrollar vínculos relacionales constantes y fluidos con los amigos; otras formas de aprendizaje es que el niño puede memorizar, caracterizar, describir y otros procesos del pensamiento. También es un cuento enriquecedor del lenguaje y de la motivación interna y externa.

Cuando el niño lee o el adulto lee cuentos e historias al niño (si aun no ha consolidado el proceso de la lectura) se está preparando para ser líder. 

DE PASEO POR EL CAMPO

Había una vez una linda escuela de la ciudad, donde la maestra y los alumnos decidieron hacer un paseo por el campo; era algo como una excursión.

Los niños llevaron ropas ligeras porque ese día el sol amaneció brillando en todo su esplendor y es que también le gustaba la idea de ir a pasear con los niños, las nubes estaban de vacaciones y el tiempo de lluvia se había ido también de viaje.

Era un día muy feliz y agradable para los niños.

Mientras iban sentados en el autobús, cantaban alegres canciones, contaban divertidos chistes y hacían difíciles adivinanzas.

Cuando llegaron al sitio, todos corrieron por el pasto, jugaban pelotas y se recostaban sobre la hierba.

También hicieron varias competencias de fútbol y atletismo. Usaron sacos en las carreras y todos rieron a gusto cuando Teresita la niña más rápida de la carrera se cayó cuando saltaba.

Entonces todos gritaron:

¡Levántate Teresita, que casi vas a llegar primera!

Parecía casi imposible que pudiera continuar, porque los otros niños ya le daban alcance, pero Teresita insistió en levantarse y que creen: ¡pues ganó la carrera!

Todos aplaudieron y gozaron de los juegos y competencias.

Después de degustar un rico almuerzo; recorrieron todo el campo.

Se veían los caballos libres como el viento, vacas y muchos becerros pastaban sin descansar.

Los árboles tenían grandes frutos que les permitieron bajar y comieron muy jugosos mangos, manzanas y uvas.

Tan bien se sentían los niños, que no querían regresar. Pero llegada la tarde volvieron a la ciudad.

Aquella había sido una experiencia inolvidable.

           

         FIN

Autora: Sandra Garrido