sembrar

REFLEXIÓN

Cuando un niño esté cerca de ti, míralo y observa, porque el paso del tiempo es 

inevitable,  pero el tiene un corazón tierno, fértil, no endurecido. Como adulto eres 

responsable de plantar en el, las mejores semillas:


  • Amor.
  • Respeto por si mismo y por el otro.
  • Humildad.
  • Empatía.
  • Esperanza.
  • Fe.
  • Confianza en Dios y en sí mismo.
  • Nobleza.
  • Bondad.
  • Amabilidad.
  • Trabajo.


Es tanto lo que puedes plantar en el corazón de un niño; sin embargo, luego de 

plantarlo deberás velar por el cuidado de cada semilla, con tu ejemplo.  De allí 

que, mírate, revísate, transfórmate  porque alguien depende de ti y del mejor 

esfuerzo que puedas hacer.


Si lo plantado no es regado y cuidado, inevitablemente crecerá tanta maleza que 

ya no habrá forma de recuperar aquellas semillas de un terreno abandonado.